En medio de este mundo en el que cada vez más surgen personas desconsoladas, sin esperanzas, muertos por dentro, “boxeadores” permanentes contra todo y contra todos (incluso contra si mismos)… me pregunto… ¿Esa es la mejor opción? ¿Devolverle al mundo la misma mueca ruin y dolorosa que él muestra?
Y todavía más: ¿Es eso rebeldía social? ¿Es eso ser libre?
Y aún me atrevo a ir más allá y a preguntar: ¿No sirven para nada los valores, los principios? ¿No hay espacio para lo espiritual en este mundo?
Y la respuesta me llega a través de una pregunta: ¿O es que simplemente hemos olvidado que significan y cómo vivir a través de esos principios, de esos valores, del Espíritu Interior?
Tal vez todo se reduce a que no tenemos idea de cómo compaginar lo espiritual aquí y ahora. No lo sabemos y por lo tanto lo rechazamos como inoperante. Pero no lo es, solamente somos nosotros que ignoramos como funciona.
Tal vez la diferencia está en que algunos si lo saben. Tal vez solo se trata de aprenderlo nosotros también.
Se puede elegir ser bondadoso, honesto, integro sin que por eso, los que no lo son, nos devoren o nos destruyan. Esa idea es uno de los mayores problemas. Se nos ha vendido la premisa (Y la hemos comprado sin verificar) que, ser así es estar desprotegido cuando realmente lo que nos vuelve indefensos es la ignorancia.
Por ejemplo, la bondad… se cree que ser bueno es ceder siempre, estar siempre al servicio de los demás, pero… ¿Sabemos la diferencia entre pedir ayuda y abusar? O ¿entre ser bueno y ser negligente con nosotros mismos? O ¿Entre ayudar y sacrificarse? O ¿Entre ser un blandengue y ser bondadoso?
Nos muestran la imagen de la bondad como debilidad. Desde pequeños nos dicen: No hagas esto, no hagas lo otro, se bueno, renuncia a tal cosa…
¿Se han puesto a pensar, si quienes nos criaron tampoco sabían la diferencia? ¿Si también la ignoraban?
Me lo he preguntado muchas veces en mi familia y en otras que conozco, y la respuesta la mayoría de las veces se inclina hacia el si.
Sin embargo cuando CONOCES, sabes que puedes escoger. Sabes que ser libre es escoger tus principios a seguir con conciencia, no en ignorancia.
Sabes que no todo es salir dando puños físicos o verbales cuando te sientes agredido. Sabes… Conoces… Vives otras opciones y eso no te hace débil, te fortalece.
Débil y en desventaja, está aquel que carece de información, que no tiene opciones. Que está envuelto en el juego del “mundo”. Solo sigue reglas, solo usa las armas que ve. Me pegan, pego… Compiten, compito… Insultan, insulto… Se burlan, me burlo… un eterno juego de tenis sin sentido, una hoja al viento dependiendo del humor de los demás.
¿Por qué?
Porque no posee información que le lleve a elegir.
Elegir como quiere vivir en este mundo. Elegir hacer las cosas como nos las dicta la conciencia y saber que podemos lograr satisfacción personal, ser felices. Si, esto no es “pecado”.
Elegir vivir bajo nuestras reglas. Ser libres de las imposiciones de aquellos que no tienen opciones.
Elegir ser un rebelde de verdad ¿Acaso no es rebelarse querer vivir en el Espíritu aquí y ahora? Y no me refiero a las religiones, ahí no hay opciones. Dentro de nosotros si las hay.
¿No hay rebeldía más grande que elegir seguir nuestros propios pasos sin temor a equivocarnos?
¿Saber que si nos equivocamos es porque estamos aprendiendo y eso no nos debe detener?
¿Saber que puedes poner tus propios límites sin que nadie te censure por no ser “bueno” como la sociedad lo proyecta, es decir, débil?
Esto requiere de valentía, de osadía. Esto requiere de perseverancia, de fuerza, de convicción, de inspiración.
Podemos elegir. Puedes elegir.
Pero primero debes informarte, solo así habrás elegido con conciencia.
Saber que si eliges ser honesto, no morirás pobre. Saber que si eliges ser integro, no estás privándote de nada.
No hay mayor rebeldía que ser nosotros mismos.
Y si no lo sabes, solo hay que averiguarlo. Darte la libertad de conocerte.
Les dejo un fragmento de algo que leí:
“Elijo ser libre porque el Espíritu me hace libre.
Elijo vivir en el Espíritu, aquí y ahora porque se, porque conozco que es posible. Porque hay innumeras razones vivientes a mi alrededor que así lo demuestran y soy una más de esas razones.
En medio de este tumulto me rebelo, me rebelo a dejarme someter por las reglas de este mundo y dejar que me maten por dentro.
Me rebelo a dejarme convencer que Dios, mi Ser, no existe cuando yo lo siento vivo, fresco, actual en mi interior ¿Cómo podría negar lo que vivo, lo que forma parte de mis entrañas?
Me rebelo, una y mil veces, a que sequen mi fuente de vida, de luz, de inspiración y la cambien por la aridez del intelecto incompleto, repetitivo, que cree poseer toda la verdad y solo conoce una parte de ella.
Yo quiero evolucionar en un Ser Humano Completo, Integral. Me rebelo a que cercenen mi todo y quieran venderme como único, lo incompleto.
Me rebelo a aceptar como exclusividad de algunos la intermediación con Dios. Dios vive en mí.
Todo lo que tengo, que no es poco, vino a través de mi trabajo, de mi esfuerzo pero me rebelo a excluir de esos logros, los principios y valores espirituales que hay en mi interior y que contribuyeron a obtenerlos.
En este mundo de la materia, del intelecto muerto, de las burlas ignorantes, de los que piden pruebas pero sin someterse ellos mismos a las pruebas, de los repetidores de certezas que no les constan, Yo me rebelo, proclamo y doy testimonio que se puede vivir en este mundo siendo completo, siendo un Ser con Cuerpo, Mente, Alma y Espíritu.”
Rebelarse es ser libres.
martes, octubre 18, 2005
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4 comentarios:
Yo conocí a un hombre totalmente correcto y honesto, un profesional a carta cabal, todos sus trabajos eran impecables, incapaz de una traición. El está ahora en un puesto excelente, trabaja aquí y en USA. Es una prueba de que sí se puede ser honesto y no morir en el intento.
Hace años escuché a una madre quejarse de que en el colegio de su hijo lo estaban haciendo muy competitivo, y que el esposo le había dicho: "¿y qué quieres, que sea un mediocre?" O sea, la mejor manera de surgir es hundiendo al prójimo.
Así es Fátima. A veces llevan al extremo de la tensión a los hijos por meterlos en competencias que no tienen nada que ver con su naturaleza.
Ojalá eso cambie.
Saludos.
La única oportunidad que tenemos de "darnos una oportunidad", es dejando de echar balones fuera, dejando de culpar al mundo de que las cosas no funcionan tal como pensamos que deberían hacerlo y mirando en nuestro interior que es lo que debemos trabajar para cambiar.
Aceptar la responsabilidad de nuestros actos, de nuestra vida y nuestra forma de movernos en el día a día. Cuando uno cambia, cambia el entorno, es un proceso lento, paulatino, con baches, pero hoy por hoy creo que es el camino...es fácil, más de lo que parece, uno puede comenzar a trabajar aquello que le molesta interiormente y vas descubriendo y descubriendo...somos seres mágicos, en nosotros está la clave.
;)
Ingrid tu post es una verdad indiscutible, pero cada uno en su entorno, puede mejorarlo si decidimos ser menos egoistas, menos consumidores de esta abalancha de consumismo que nos hacce olvidar que hay otras cosas mas importantes que el exito,el status,cuando cada uno de nosotros con su grano de arena y en su entorno haga algo, el mundo ira cambiando hacia lo espiritual siendo menos egoista, mas solidario ser una buena persona cuesta es un trabajo diario.
Un abrazo grande
Luunna
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